Aulas de La Habana





Frank García-Hernández

El humorista Conan O´Brian en sintonía con el fenómeno que despertó Cuba después del anuncio del restablecimiento de las relaciones con los Estados Unidos decidió realizar su show en La Habana. Ante la ausencia de televisión por cable, el programa se divulgó en las casas cubanas mano a mano. Todos lo disfrutaron, pero todos hacían el mismo señalamiento: no debió burlarse del niño que aparece en una de las primeras escenas.
En la isla, los niños son más sagrados que las deidades afrocubanas. El principal protagonista de los chistes es un pequeño que el ingenio popular le ha dado en llamar Pepito y durante la oscuridad de la crisis económica de los noventa, lo poco que había se destinaba a ellos.
Siguiendo esta prioridad, el día de ayer paralizó a la nación caribeña al menos en la mañana: comenzaba el curso escolar del año lectivo 2016-2017 que transcurre desde septiembre hasta julio.
Una enseñanza universal y pública es garantizada por el Estado desde que en 1959 triunfó la revolución que dirigió Fidel Castro. Tras una campaña de alfabetización en 1961 y un efectivo sistema de enseñanza que se ha ido atemperando con las novedades pedagógicas, se garantiza este derecho –y es obligatorio-, hasta los 15 años.
Es una enseñanza marcada por una formación política de izquierdas en el marco del marxismo-leninismo y el pensamiento de José Martí, el héroe nacional. En las escuelas se pueden encontrar tanto imágenes de los guerrilleros que derrocaron la dictadura del general Fulgencio Batista, como fotos de Hugo Chávez a quien se ha adoptado como parte del ideal político. En cambio, hoy encontrar figuras de Lenin o Marx es algo raro en las instituciones educacionales, pues la formación que se imparte es de un corte más apegado a una izquierda patriótica y fidelista.
El gobierno cubano presenta la salud y la educación como los mejores logros mantenidos a través de los años y es una verdad rotunda. Con ello trata de movilizar la conciencia social a diario, pero lo cierto es que se ha vuelto tan común como el derecho a ser ciudadano.
Si bien las tecnicaturas y universidades también son gratis, el embate de la división socio clasista se percibe en los centros educacionales. Carreras como arquitectura que precisa de una gran inversión en la entrega de maquetas y planos de dibujo, desplaza a quienes no logran tener acceso a materiales como pueden ser pinceles nuevos, óleos y cartulinas de calidad. El mismo problema lo enfrentan en diseño industrial y no pocas ingenierías.
Ahora que las leyes laborales se han modificado, los estudiantes universitarios se pueden contratar y casi por regla lo hacen en locales gastronómicos del sector privado donde los salarios son más atractivos. De esta forma, cubren parte de sus gastos durante los años de estudio.
Esto es algo muy normal en el mundo, pero hasta hace muy poco tiempo no estaba permitido en Cuba. La sociedad con justicia social que había alcanzado su máximo exponente en los años ochenta, se basaba en la idea de alcanzar la sociedad comunista y para ello toda expresión de mercado debía ser derrotada. Como ejemplo de esto, el 13 de marzo de 1968 por orden ejecutiva se cerraron casi mil bares en La Habana y un total de 55 636 empresas privadas[1]  que no han venido a resurgir con una fuerza similar a la de entonces hasta 2012.
Ante el resurgimiento del mercado interno conducido por particulares, estos necesitan mano de obra y utilizan a un ingenuo sector estudiantil que por norma es desconocedor de sus derechos sindicales y termina siendo explotado.
Por demás, el incentivo consumista que se ha despertado entre las nuevas generaciones, provoca que estos al vincularse a los negocios de la nueva pequeña burguesía se sientan parte de ella o al menos, marcan una diferencia porque han logrado entrar de cierta manera a este novedoso campo laboral.
Hoy las universidades pueden resultar una pasarela, algo que aconteció en cuestión de menos de cinco años. En tanto la mayoría de los estudiantes pasan sus vacaciones en las provincias del país, ya otros viajan al extranjero haciendo gastos impensables para un salario medio cubano.
Todavía en el imaginario político de la nación, la igualdad y el socialismo como justicia social se aprecian como aspectos positivos de los cuales muy pocos pretender desprender del programa colectivo, pero es algo que está a prueba en la generación del niño que formó parte del show de Conan O´Brian.

[1] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-el-acto-conmemorativo-del-xi-aniversario-de-la-accion-del-13-de

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