Sergio, El Mayor y Fina, Amalia








Conozco un niño que se me parece mucho al Mayor Ignacio Agramonte[1]. Cuida y quiere a su madre como lo hizo El Bayardo con Amalia. Puede parecer edípico,  pero sé que es así. Se me pareció más cuando le hirieron la pierna y ella lo alegraba con un caleidoscopio. Imaginen la habitación de un hospital pediátrico y en ella, un caleidoscopio, piedritas en la luz, digo yo. El niño volvió a caminar, y mucho, pero esa madre sufrió.
Hoy me recuerdo de Sergio Vitier y su madre Fina.
No veo muchos lazos entre Sergio e Ignacio, pero sí entre Fina y Amalia: sin Cintio y sin hijo. Habrá de dolernos la ida del músico, pero habremos de saber que el dolor de Fina, la poeta Fina, es más grande que el nuestro.
Prometí a mis amigos de Santa Clara las primeras entradas a este blog  después del viaje para ellos. Ellos sabrán comprender.



[1] Ahora que escribo Agramonte me los subraya en rojo el office. Parece que lo quieren seguir haciendo cenizas, parece que le temen al machete del Bayardo.

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