Un grano de poesía sazona un siglo
Entrevista inédita al
Indio Naborí
Una entrevista hecha por un adolescente que
después de más de quince años decide publicarla en su blog. Retrato de una
época, sus contratiempos y ternuras. Un poeta comunista habla en sus últimos años.
por Frank García-Hernández
En los
comienzos del verano de 1998 el Indio Naborí visitó el preuniversitario
Vladímir I. Lenin. Yo había empezado mi décimo grado en él desde septiembre de
1997 y durante ese año lectivo, la escuela invitó a Cintio Vitier, Fina García
Marruz y Eusebio Leal.
Las aulas
especializadas en letras eran invitadas especiales para escuchar sus
conferencias. Nos librábamos de la física y la química, y les pedíamos
autógrafos en libros que no siempre eran de su autoría.
En aquel
tiempo del acné, empezaba yo mi camino de poeta. Al saber de la llegada de
Naborí, me guardé en la camisa azul uno de mis primeros poemas. Entonces vivía
enamorado de una rubia fumadora con ribetes Brigitte Bardot y ella, claro está,
de un muchacho de doce grado.
Para entonces
Jesús Orta Ruíz ya no veía, o quizá, muy poco. Terminó su charla y bajé a
leerle mis versos. Jesús estaba sentado oyendo todo, saludando a todos. Yo me
asusté y no pude leérselos. Gina Hernández, una amiga que era la atracción del
grupo por sus pechos muy grandes para su edad, metió la mano en el bolsillo de
mi camisa –no en el del pantalón- y leyó a Naborí mi poema.
Naborí debió
haber dicho algo que no recuerdo, pero sé que sonrió con una letra de invidente
y escribió en el papel cuadriculado, sobre los versos Bueno, muy bueno.
Para el año
2000 la epilepsia me había expulsado de la escuela Lenin, pero yo seguía
visitándola, pues ahora disfrutaba la posición de ser el muchacho de doce grado
que estudia en la calle. Entonces en La Habana solo había dos escuelas
preuniversitarias en la ciudad. El resto eran becadas en el campo.
Con unas
muchachitas del nuevo décimo grado se me ocurrió hacer un periódico -que nunca
salió-. Era la época de la Batalla de Ideas y nadie tenía una personal computer.
Yo escribía con una Remington pre Segunda Guerra Mundial traída en bicicleta
por mi padre. Entonces decidí entrevistar a Naborí.
Llegué una
tarde a su casa del Vedado, en un lateral de lo que es hoy el Parque Lennon,
cuando aún el Yellow Subamarine no existía en las noches habaneras. Eloína, la
esposa, me atendió. Jesús reposaba y después llegó con un hijo a su biblioteca
personal donde colgaba una réplica del machete de Máximo Gómez.
Todo fue
breve. Le dejé las preguntas por mí escritas a mano y con una estilográfica de
plata, y me devolvió las respuestas pasadas por una impresora de cinta.
Anduvieron 16
años sin publicarse.
Son preguntas
ingenuas, marcadas por un didactismo muy fuerte y sin ningún oficio. Tenía
entonces nada más que 17 julios. Hará una semana, después de atiborrarme de
lecturas de Lev Trotski y Sandalio Junco, para unas conferencias que impartiré
en noviembre, a modo de desintoxicación de ensayos, decidí leerme El cartero de
Neruda.
Pensé
publicar en mi blog Desnudos de Cuba la entrevista inédita con motivo del Día
de la Cultura Nacional, cuando es muy probable que lo hago engañado por mi
subconsciente y quiero ser Mario Jiménez o quizá, Antonio Skármeta. De cualquier forma
y con muchas palabras más de las que precisa un texto para su aparición en la
web, les dejo, sin un milímetro de censura, la entrevista inédita a Jesús Orta
Ruiz, el Indio Naborí.
Fidel
en el último congreso de la UNEAC dijo que el siglo XXI será el siglo de la
masificación de la cultura ¿En los países capitalistas podrá ser así?
José
Martí dijo: llegará el día en que el genio individual se hará colectivo, porque
las colinas crecerán a la altura de las montañas, afín con nuestro Apóstol,
León Tolstoi previó que vendrán días en que todos los seres humanos podrán
expresarse poéticamente, porque todos llevamos por dentro la poesía. Fidel afirma que el siglo XXI será el siglo de
la cultura en Cuba, y pienso que no se equivoca, porque sólo en el socialismo
se puede alcanzar ese ascenso. Un anticipo de ello se nos hace visible y
palpable en las Tribunas de la Juventud y los Estudiantes, donde tanto talento
y tanta cultura nos asombra.
¿Opina
que los poetas no tienen ningún compromiso con nada ni con nadie sino
expresamente con ellos mismos?
Los
grandes poetas históricamente han estado comprometidos con su pueblo, su tiempo
y su historia. En toda lucha por la justicia y la libertad –dijo Martí- Todo
poeta debe ser Tirteo y no Tíbulo. En Cuba, a partir de José María Heredia, con
su Himno al Desterrado, la gran mayoría ha hecho vibrar sus liras al son de los
gritos de guerra.
Hay
quienes ven que hacer poesía vinculada a una idea política es irse alejando del
arte en sí ¿Cómo ve esto?
Veo
eso como una obediencia servil a las limitaciones que la cultura burguesa trata
de imponer a la poesía, de modo que no sea utilizada como arma de combate de
las luchas populares.
¿Cuál
es su opinión acerca de los jóvenes poetas cubanos?
Yo
creo que la universalización de la cultura durante 41 años de Revolución ha
hecho posible un brote de jóvenes poetas de innegables méritos, entre los
cuales hay que incluir a numerosos improvisadores. Lo más significativo es que
ese brote no se da sólo en La Habana, sino en todas las provincias, hasta en
los lugares más remotos.
¿Usted
cree que el pueblo se siente reflejado en la poesía actual cubana? ¿Por qué?
Innegablemente
hay pequeños grupos de espaldas a la hermosa realidad cubana: pero la mayoría
refleja su tiempo sin renunciar a la búsqueda de lo bello.
¿Para
qué le sirve la poesía a la humanidad en su lucha por liberarse totalmente?
La
poesía puede servir a la humanidad como arma de combate, como estímulo para la
lucha y la esperanza. No en balde Martí dijo: Un grano de poesía sazona un
siglo.
¿Usted
considera que si la poesía algún día muriese podría volver a rehacer?
La
poesía es hija del sentimiento. Esto quiere decir que mientras viva un ser
humano vivirá la poesía.
¿Opina
que el amor se halla en crisis?
El
amor puede faltar en algunas personas, pero vivirá en los corazones sensibles,
porque Amor es el todo es/ el cuerpo eterno
de dios/ que quiso partirse en dos/ para juntarse después.
¿Con
cuántos poemas usted pudiera medir la vida?
Por
un solo poema: el amor
¿Cuán
peligroso pudiera ser olvidar?
Te
voy a responder con dos versos míos:
No me duele morir y que me olviden
sino morir y no tener memoria
Usted
en uno de sus poemas dice
Si quiere ser
marino
Que ate el mar a sus
remos
Yo
le pregunto ahora ¿y si el mar dejase de existir qué puede hacer el marino?
Caminar
por tierra.
Ya terminando,
su obra poética, cómo la considera
Mi
obra poética es poesía, y como tal puede ser canción, abrazo, sonrisa, beso,
lágrima, etc.
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